¿Que por qué la llamo tarta Sacher vienesa? Pues porque la receta está adaptada de la mismísima web de turismo de Viena. Y no, la receta de tarta Sacher auténtica y original no tiene nada que ver con esa tarta hiperchocolatosa y plasta como un ladrillo que hacen pasar por tal en muchos sitios y de la cual abominarían en Austria. La Sacher de verdad tiene el chocolate justo y no es pesada
La tarta Sacher es una tarta de bizcocho de chocolate con mermelada de albaricoque y una característica cobertura lisa de chocolate. La inventó en 1832 el señor Franz Sacher,
INGREDIENTES
Para un molde de 22-24 cm:
Bizcocho
- 140 g de mantequilla ablandada
- 110 g de azúcar glas
- ½ vaina de vainilla, solo las semillas o en su caso vainilla liquida(o 1 cdta. de extracto)
- 6 huevos
- 130 g de cobertura de chocolate negro de buena calidad
- 110 g de azúcar blanquilla
- 140 g de harina de repostería
- 200 g de mermelada de albaricoque
Glaseado
- 200 g de azúcar
- 125 ml de agua
- 150 g de cobertura de chocolate negro
INSTRUCCIONES
Bizcocho
- Antes de todo dejamos el molde bien preparadito. Forramos con papel de hornear un molde desmontable, con un círculo en el fondo y unas bandas en el lateral.
- Cascamos los huevos y separamos yemas de claras. Reservamos ambas.
- Pesamos y tamizamos la harina. Reservamos.
- Ponemos la mantequilla ablandada con el azúcar glas en un bol y la batimos hasta que blanquee y esté esponjosa, con varillas eléctricas o similar, porque a mano es imposible.
- Cuando esté esponjada añadimos las yemas de una en una, sin dejar de batir. Seguimos batiendo otro minuto.
- Mientras tanto derretimos el chocolate, podemos hacerlo en el microondas con tiento, el tiempo que haga falta en la función de descongelar. Lo sacaremos de vez en cuando para mezclarlo.
- Dejamos que se temple un poco el chocolate y lo añadimos a la mantequilla batida con el azúcar. Agregamos también la vainilla, en semillas o en extracto.
- Montamos las claras, con un pizco de sal o de cremor tártaro, y cuando ya estén decididamente espumadasañadimos el azúcar corriente de cucharada en cucharada, hasta acabarlo. Batimos el merengue hasta que al frotar una porción entre el pulgar y el índice no se aprecie granillo, señal de que el azúcar se ha disuelto en las claras.
Agregamos sobre el merengue la mezcla de mantequilla y yemas, y la harina tamizada. Mezclamos con cuidado y movimientos envolventes con una espátula, para que no se nos baje la masa.
- Vertemos la mezcla en el molde. Alisamos la superficie con la espátula.
- Metemos el molde de inmediato en el horno y cocemos el bizcocho 45-50 minutos a 170º (con aire) / 190º (sin aire). Antes de sacarlo probamos pinchándolo con una brocheta que esté bien hecho por dentro.
- Desmoldamos sobre una rejilla y ponemos el bizcocho cabeza abajo los primeros 25 minutos, para que la superficie quede más o menos lisa. Luego le daremos la vuelta. Dejamos que se enfríe por completo.
- Cuando esté frío partimos el bizcocho a media altura, con una lira o un cuchillo grande y mucho cuidado.
- Untamos por encima la parte inferior con la mermelada de albaricoque, como ⅔ de la cantidad indicada, y le ponemos la otra mitad encima. Apretamos un poco y rebañamos con el dedo las rebabas de mermelada.
- Ahora tenemos que hacer algo fundamental para luego manejar la tarta sin destrozar la decoración: la colocamos sobre un cartón justo de su tamaño para luego poderla trasladar de un lado a otro sin estrujarla. Yo lo corté de un cartón de esos que venden para roscones de Reyes.
- El resto de mermelada lo calentamos en un cacito para que se fluidifique y la colamos para quitarle los pedazos grandes de fruta. Con un pincel pintamos la tarta por encima y por los laterales con la mermelada colada. Dejamos secar un poco mientras preparamos el glaseado de chocolate.
Glaseado
- Ponemos el agua con el azúcar en un cacito y la llevamos a ebullición. La cocemos 5 minutos.
- Mientras tanto derretimos la cobertura de chocolate en el microondas o al baño maría.
- Podemos hacerlo directamente en una jarra en la que nos quepa todo el glaseado, así luego lo vertemos con comodidad.
- Cuando se cumpla el tiempo apagamos el fuego del almíbar y dejamos que se temple apenas un minuto
- Vertemos el almíbar sobre el chocolate fundido poco a poco, sin dejar de mezclar. Tampoco debemos batir con demasiada energía, pues incorporaríamos burbujas al glaseado; hay que ser cariñoso con él.
- Cuando esté mezclado todo comprobaremos la consistencia: según los señores vieneses el glaseado debe ser capaz de cubrir una cuchara de madera con un grosor de unos 4 mm. En mi caso comprobé la temperatura del glaseado cuando lo vertí: era más o menos 43º.
- Vertemos el glaseado con rapidez sobre la tarta colocada en una rejilla y lo ayudamos a cubrir los laterales con una espátula si fuera necesario.
- Y a la nevera a que se solidifique bien, pasamos la tarta a un plato metiendo una pala de servir o similar por debajo, como tiene el cartón colocado no será difícil.
- Ah, y en la citada web dicen claramente que la tarta Sacher no suele llevar ningún tipo de decoración, solamente se la ponen en la casa Sacher.
CONSEJOS PARA UNA TARTA SACHER FETÉN
- Conviene hacer una buena mise en place, como dicen los profesionales, es decir, dejar bien a mano todos los ingredientes bien medidos y todos los utensilios que necesitaremos para utilizarlos sobre la marcha. Tened en cuenta que tanto la mezcla montada de mantequilla, azúcar y yemas como el merengue no pueden esperar demasiado una vez hechos, porque se empezarían a bajar y el bizcocho no quedaría tan esponjoso.
- Mejor encender el horno desde antes de empezar a pesar los ingredientes incluso, por la misma razón anterior. Y asegurarse de que está a la temperatura perfecta para meter la masa de la tarta Sacher.
- Usa un buen chocolate de cobertura, lo notaras en el sabor.
- Si la receta te parece un poco laboriosa no olvides que podemos hacer el bizcocho un día y montar la tarta otro distinto. El bizcocho se puede incluso tener congelado, bien envueltito en plástico.
- Los señorines de la web de turismo de Viena advierten de que el glaseado de la tarta Sacher no debe estar demasiado caliente cuando lo vertamos o la cobertura nos quedará mate y no brillante. Pero no nos dicen cuánto de caliente es demasiado caliente. Pues vaya exactitud, recórcholis. Lo curioso es que he visto montones de tartas Sacher con el glaseado mate y no sé si no será muy genuino, pero a mí no me parece feo. Para gustos, colores.